En esta oportunidad Jairo, mejor conocido como Monoliso, al que hemos visto por todas las calles de la ciudad de Panamá, llega a The Liquid Gallery, por primera vez exponiendo sus obras en una galería. En esta entrevista nos adentramos a profundidad en su vida, su desarrollo como persona y artista, su manera de pensar y ver la vida, su proceso espiritual y su metanoia que se ve reflejado en cada una de sus obras.
El mensaje que Jairo/Monoliso nos propuso en lo que fue su primera exposición, busca transcender más allá de sus obras. Y él como portavoz, quiere llevarlo a todas las personas y lugares que esten a su alcance.
Entrevista por: Gabriela Pérez.
Fotos por: Gustavo Ledezma.
¿Quién es Monoliso y la persona detrás de él?
“Primero, gracias por el tiempo. Gracias por tu disposición, gracias por decir sí a la vuelta. Gracias por eso, realmente lo aprecio mucho, lo respeto y lo admiro.
Yo estoy muy contento de hacer una entrevista contigo, porque yo fui el que te la pidió y a mi me interesa mucho como filtramos la información, que fue lo que hablé contigo. Como de que manera los medios de comunicación pueden filtrar la información y yo tengo una información que para mí es valiosa y me gustaría presentarla como lo que es, la verdad.
El Monoliso es una iconografía, un ícono o un carácter de la cultura urbana del HipHop panameño. El Monoliso no es más que un autorretrato a base de líneas de mi persona.
La persona detrás del Monoliso es un muchacho, un joven, que nace en San Miguelito, Paraíso en 1994. Una persona que tiene sueños, de clase media pero con ganas de superarse y con ganas de romper las reglas para saber que hay más allá del límite. Ama, cree, se apasiona, sufre, sangra, llora pero por sobretodo, vive.
De hecho, antes cuando me preguntaban si el Monoliso era mío, decía que no. Vamos a ver, deconstruímos, yo conozco el HipHop desde los 12 años de edad, con los artistas y la generación que hacía el .MOV, un evento super importante a nivel underground, y eso es lo que me recibe en la calle, cuando salgo de la casa. Bailar, escuchar al Dj y grafitear era nuestra religión, era mi religión. Yo no hacía otra cosa.
Lo primero que agarro es el baile, es lo que de verdad me apaña, el Bboy y el breakdance es lo que me apaña. Luego me abro como al baile comercial y tal y comienzo a bailar con artistas y eso me da una carrera y comienzo como a explorar ese método de vivir, que es bailar en tarimas, vivir de shows, una vaina super priti.
Luego me meto en la Universidad de Panamá a estudiar artes visuales porque la vida del bailarín no es muy larga, es como el futbolista, después de los 40 ya no puedes estar ahí, y la del bailarín es mucho menos porque tu vendes tu imagen, tu vendes una estética, una fisicalidad, una fuerza, entonces me tocó ver otra cosa, o más bien decidí ponerme a estudiar artes porque veía que era como una herramienta que podía utilizar. Y conozco muchos grafiteros de la Universidad, muchos de ellos hoy en día son amigos, son hermanos y eso provoca que yo me interne en la cultura del grafiti pero con propiedad, como a entenderla y a vivirla. Y hay algo que me encanta del grafiti y de la calle, es que la calle no juzga. Ya seas Presidente o un piedrero, la Coca-cola del chino te cuesta lo mismo. La calle nos permite como eliminar barreras o concepciones, o mentalidades en donde bro, es cemento; hay un cielo, un sol arriba y toca caminar. Y ese es el común diario con lo que vivo a mi alrededor.
No somos pobres ni tampoco ricos pero, tenemos sueños y metas que queremos cumplirlas. Al final la clase media es la que cambia el panorama, porque es la que se quiere superar. Y sí, el Monoliso fue un pretexto para descubrirme, me acuerdo que cuándo llego al Monoliso después de muchos cuadernos blancos tirando líneas… A mi me inspira la gente, los rostros, a mi me inspira ver caras. Cuando llegó la pandemia me frikie porque me estaban cortando toda la inspiración, no sé, me encanta ver como biológicamente dos cosas se forman en una sola. Yo soy mi papá y mi mamá, ¿y esa vaina cómo se hace?, como se llega a sintentizarse de una manera en la que tu eres un puré de los dos, de un poquito de salsa y un poquito de papa, eres un puré. Y no sé, a mi me flipa todo eso. Me flipa, estoy viendo mucho netflix (risas).
Me parece muy interesante y de ahí empieza esa investigación de hacer rostros pero desde la línea. Porque la línea es lo segundo más importante del dibujo, lo primero es el punto. Entonces del punto nace la línea y la línea empieza a ser mi herramienta a desarrollar y paso como de 2 a 3 años hasta que llego al Monoliso, y este se forma. Luego conozco la cultura HipHop a nivel de grafiti y me doy cuenta que el grafiti son solo letras, entonces el grafitero real, escribe su nombre. Porque esto va por ejemplo, como jugar gameboy en la vida real y me encanta porque la verdad la ciudad se vuelve tu lienzo. Yo nunca tuve para comprar lienzos grandes ni vainas caras porque bro, yo vengo de otra temporada, no vengo del renacimiento ni de esa época, y yo necesito expresar mi tiempo, mi ahora. Entonces la calle tiene elementos que son soportes como lo que vemos en la exposición, pedazos de madera, de taxis estrellados, patrimonios culturales de la Plaza Herrera sabes, todo me funciona a nivel de soporte, porque yo no voy a pintar en lienzos, porque no tengo para comprarlos pero también entiendo que los grafiteros se dedican a hacer letras y que el grafiti se trata de letras. Y como te dije, yo vengo del baile y del teatro porque estudié 4 años teatro y para mi el público es importante, o sea que cuando yo me entero de que el público ve el grafiti y lo considera priti pero no lo entiende, a mi me hace preguntarme como que ¡ey! ¿Qué paso?, ¿cómo te va a parecer priti sin poder entenderlo?, y esta cool porque hay diversos estilos de grafiti, como el wild style que es alocado, donde probablemente no se entienda nada, porque para poder entenderlo tienes que estar inmerso en una cultura, y vivirlo realmente.
Yo lo que buscaba era que la gente no se separara de mi propuesta, sino que se acercara, poque era lo que yo hacía en el baile y en el teatro. Cuando llego al grafiti yo quería que la gente se acercara a mi trabajo, yo no buscaba que las personas leyeran sino que los espectadores sintieran algo. Porque a mí me parece importante darle como un hincapié a nuestros sentimientos.”
¿En qué consiste Metanoia?
“Metanoia, viene de metanoien, significa cambio de dirección, arrepentimiento, renovar tu mentalidad, es un despertar espiritual. Entonces yo me dí cuenta hace poco que somos cuerpo, alma y espíritu, de eso estoy compuesto. Siempre le había prestado más atención al físico, por el hecho del baile. Mi mamá logró hacer un sacrificio por educarme en una buena escuela y uno nota la diferencia cuando va a la calle, no a nivel de ser mejor que los demás sino de tener la oportunidad de ayudar a otros en sabiduría, en conocimiento o lo que sea. O por lo menos ese era mi querer. Y eso da como resultado una metanoia, porque si metanoia es un cambio de dirección, nosotros estamos cambiando de dirección diario. Es decir yo estoy pasando por una metanoia a nivel integral. O sea física, ya que uno no deja de envejecer, ahorita tengo 28 años y estoy sintiendo la edad ya, a nivel espiritual brutal, porque renazco, espiritualmente tuve un renacimiento y a nivel mental, bueno las cosas que yo me contemplaba como la verdad, fueron variando. Eso es metanoia, un arrepentimiento, un cambio de dirección.”
¿Qué se siente pasar de hacer street art a arte para formato galería?
“Te confieso que antes de la exposición, iba a ser totalmente diferente a lo que es. Iba a ser algo más apropiado, muy bonito y dos semanas antes un amigo muy cercano me llamó y me hizo un llamado de atención, cuestionándome que estaba haciendo, ya que esta exposición iba a determinar el inicio de mi carrera y me dijo que no domara a la bestia, porque iba a galerizar al Monoliso en vez de presentarlo como lo que es, en este caso callejear a la galería que es el resultado final de la exposición. Esta propuesta cambió totalmente dos semanas antes de presentarla.
Yo no me considero grafitero, ni artista de ningún tipo, me considero un proyecto en proceso que va aprendiendo, que va desechando lo que no le sirve y que va utilizando lo que si le sirve. No me interesa una etiqueta que me encasille.”
¿Por qué decidiste no utilizar texto curatorial en tu exposición?
“Siendo honesto, yo pensé que si habría (risas), yo envié el texto y todo pero no se dio.
A mi me encanta la gente, yo nací en un sociedad, yo no me puedo aislar, lo vivimos en la pandemia. Gracias a Dios llegó la pandemia, y yo estoy muy agradecido por ella, pero al final nos necesitamos entre todos. No tener un texto curatorial me permitió conocer a la gente, me permitió que escucharan mi historia de primer plano. Y es más complejo conectar desde un texto, que venir y conectar directamente desde mi narrativa.
Mi intención principal no era vender las piezas, sino conectar con la gente, mi fin era poder llevar un mensaje, un mensaje de amor, un mensaje de esperanza.”
Háblanos de la pieza principal “La última cena”
“Yo hago la última cena porque en el 2020, para resumir un poco, me separo de mi ex pareja, teníamos 7 años juntos, entré en una depresión, no supe manejarlo y llega la pandemia y me abrigué en la marihuana durísimo, lo único que hacía era fumar, estaba depresivo. Estaba como sedado para no afrontar esa soledad o para no responsabilizarme y comencé a tener pensamientos suicidas, de tirarme por la ventana, comencé a robar en mi casa, fui un desastre. Fue una era bien down y dark. Y eso provoca en mi volver a consumir, después de 5 años sin hacerlo.
La marihuana me secuestró, y digo me secuestró porque lo que yo quería llenar, no lo llena la marihuana, yo quería amar, no estar solo, compartir. Entonces estaba encerrado, dejado, despechado y la marihuana vino e hizo un trabajo que hasta cierto punto agradezco pero no era la solución de mis problemas.
Una noche escuche una canción que decía “ey, ¿tu no estas cansado de esa vida?, Dios tiene una mejor vida para tí, ríndete.” Y yo sentí que eso me estaba hablando y es porque yo estaba considerando seriamente lanzarme de la ventana de un piso 20. Y bueno, no es fácil suicidarse. Uno tiene que tener valor. Gracias a Dios no lo hice, yo quería morirme pero encontré la vida. Me arrodillé, comencé a llorar, desesperado porque no sabía que hacer y clamé al cielo, y esa noche ocurrió algo impresionante que hasta el momento no sé que fue. Pero al día siguiente me paré y me miraba las manos y empecé a caer en cuenta de todo lo que tenía y estaba agradecido con eso y que lo que me rodeaba era una bendición. Fue un renacimiento.
Eso era lo que Dicodemo hablaba con Jesús, y Dicodemo le decía ey, ¿y cómo me meto al vientre de mi madre? Y Jesús le decía no, tienes que nacer del espíritu, el Espíritu Santo te debe bautizar con fuego. Y eso es una locura, pero el evangelio es para los locos y sí, yo estoy loco, pero estoy loco con causa. Ya que a eso que clamé esa noche, pues me rescató y eso inicia la Metanoia, y de eso se trata esta expo. Esto es gracias a que Dios responde una oración, conozco su misericordia porque reconozco su sacrificio y que revive, y por eso yo pongo mi esperanza en ello y a mí algo me ocurre. Entonces esa verdad me transforma y hoy doy testimonio de ello porque es impresionante. Si alguna vez un camión te pasa por encima, tu no quedas igual, hay que operarte, ahora imaginate que te pase Dios por encima, hay evidencia de que algo ocurrió, entonces en mi casa ya yo no robo, sino que aporto, en mi casa ya no lloran, hay alegría, no hay oscuridad sino luz, literalmente, espiritualmente, fisicamente y emocionalmente. Sigue habiendo problemas como en todas las familias pero nada más allá.
Yo lo cuento con toda la confianza, porque me gusta mostrar las heridas, ya que desde esas heridas puedo dar testimonio de alguien que me sanó y ese alguien es Jesuscristo y eso da como resultado una última cena, desde el conocimiento, desde el amor y desde la sabiduría espiritual. Porque estuve en un retiro, como de tres días y de repente empecé a estudiar la última cena y le dije a uno de mis pastores que quería hacer una última cena donde Jesuscristo esté de espaldas, porque si estamos en el 2022 después de Cristo, para esos tiempos no había cámara. Y yo me preguntaba ¿quién es ese que estamos viendo en la última cena de Da Vinci?. La palabra dice, Juan 8:32, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Yo comencé a leer y en efecto no había cámaras para ese tiempo pero los creadores de la última cena Da Vinci y su combo, estaban como obligados a hacer ese cuadro para llenar la imagen de lo que la Iglesia Católica y los políticos dictaminaban lo que tenía que ser, para engañar a la gente. Engañarlos para comprar la salvación y eso no se compra, la salvación es gracias a que alguien murió, resucitó y por el hecho de simplemente creer y de que Jesuscristo es el hijo de Dios tu te salvas. Entonces era cruel, primero que la gente estuviera creyendo algo que era mentira y segundo que los artistas estuvieran obligados a hacer algo porque sino, los mataban, de eso nos habla la Inquisición. Entonces comprendiendo todo ese peo, yo dije wait, no tenemos santa cena o última cena que sea reflejada desde el amor, que no sea desde el miedo y yo he comprendido que este man murió fue por amor, Él me amó primero a mí, antes de yo decirle que sí, murió por todos. Eso hoy para mí es una verdad super grande. Porque claro, en mi casa de pasar de la tristeza a la felicidad, porque yo me entregué, me rendí. Me dije, yo necesito adorar esto, yo necesito agradecerle de alguna manera, y eso como que sintetizó toda mi vida.
Entonces me enfrasqué con esta pieza y son 3 módulos que representan Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las puse al revés porque son piezas redimidas, redimir viene de comprar algo que ya era tuyo, todas las piezas en la exposición no son basura.
Una anécdota, mi mamá me llama antes de empezar la exposición y me dice: estás vendiendo basura, ¿Jairo qué te pasa?. Y yo: mami, pero pregunta, haz la pregunta. Mi mamá: que pregunta de que, estas vendiendo basura, te van a ver como un cochino y no sé que. Y yo: Mami lo que pasa es que esas piezas me representan a mí, esas piezas era como yo me sentía antes de que Cristo llegara a mi vida y como Él puede hacer de ti algo maravilloso, algo que nunca habías pensado, es algo que te marca la vida y marca a tu alrededor y que hoy te puede poner en un lugar donde eres valioso. Eso ejemplifica un poco lo que yo siento que me ha pasado a nivel espiritual. Era un poco como rendirle honor, como reconfigurar la última cena. Lo que pasa también es que yo vengo de una familia super católica y hoy asisto a una Iglesia evangélica y entonces esta gente siempre se esta peleando. El próposito de Jesús nunca fue desunirnos, fue amarnos, fue unirnos realmente, y ahí pienso, ¿cómo creo algo, que aporte algo que nos una?.
Eso da como resultado esta pieza, que se llama la última cena y es como un culto primero a entender que el rostro de Jesús que hemos visto no es real ya que no sabemos como era porque no había cámaras ni registro y segundo que yo descubro en este proceso que el Monoliso no solo es la cara, sino que el rostro es una oportunidad para que las líneas den diferentes emociones.”
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