Osteria Francescana, el restaurante de Módena liderado por Massimo Bottura, ha vuelto a ser líder mundial. En 2016 subió al primer puesto de la lista The World’s 50 Best y ahora lo ha logrado de nuevo.
Massimo Bottura (Módena, 1962), el triunfador absoluto de este año, es un hombre apasionado y sensible, un chef iconoclasta con tradición italiana que mira al futuro. Su Osteria Francescana luce tres estrellas Michelin y aunque ahora es por segunda vez el mejor restaurante del mundo, sufrió el azote de los inmovilistas culinarios de su país. Apasionado por sacar el máximo partido de la rica despensa que obtiene en su tierra, es un defensor a ultranza de la necesidad de evitar el desperdicio alimentario. También está implicado con las causas sociales y ayuda a los más necesitados con su iniciativa Food for Soul (Comida para el alma), abriendo restaurantes efímeros (Reffetorios) en Italia, Brasil y Francia.
Al recibir la distinción que le proclama como mejor del mundo, Bottura no olvidó hacerlo junto a su esposa, Lara Gilmore, especialista en arte, una pasión que comparten en el restaurante que ofrece toda una galería pictórica, además de sabor, en las creaciones que desfilan por su mesa. "Trabajar por el futuro, por una sociedad mejor, es un trabajo que nos implica a todos", afirmó Gilmore al agradecer el premio.
Massimo Bottura Dice haberse dado cuenta de que su trabajo “es una inspiración para mucha gente del mundo del arte”. “¿Por qué vas a volar hasta Módena y experimentar esta especie de locura que hay en mi cabeza? Porque yo hago visible lo invisible”, dice recalcando esa frase. Es un hombre de lemas. “Hace dos noches vino una cantante de ópera de Chicago con su marido, un genio de las matemáticas. Enseguida dijeron: ‘Esto no es comida, es algo más. Es como la ópera: la obertura, el minueto, el allegro, el gran final…’, y yo les respondí: ‘Lo habéis cogido a la primera’. Esto es muy importante para mí”.
Fuente: El Pais - Agoramagazine - Mr Porte
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